Mi hermanastra, una linda animadora, tropezó con mi dormitorio, me dolió y ansiosa ayuda.Como un chico cariñoso, me apresuré a ayudar.Pero sus palabras seductoras encendieron un deseo ardiente dentro de mí.A pesar de mi atención inicial, la línea entre el amor fraternal y la lujuria se borró, lo que llevó a un encuentro intenso e íntimo.